Peces globo

Siempre hay gatos en el tejado,

buscando entre los pergaminos de la memoria,
arañando la neuralgia de mis nostalgias
por aquellos ratos carentes de alegatos.

Los trazos de un pincel rebosan pintura gris,
son ríos llenos de peces globo, unos pocos pinchados
con la aguja de minutos ajenos caducados,
no empleados en alquilar relocos en vez de recuerdos.

Las tardes naranjas entre las franjas
de la pantalla y las pajas mentales a dos manos
sobre el teclado gastado de mis virtudes,
a las que alude cada noche en la almohada el orgullo.

Cuando la fortuna me hace sentir un capullo,
sin Norte, ni cabeza que porte similitudes
con la muñecas que ayunan por tener menos tetas
que algunas sin lagunas en las que pescar.

Hay un rincón en tu noche, que yo quisiera borrar.
Hay una espina clavada, que cortas por la mitad.
Y yo quiero saber dónde pisan tus pies, dónde buscas para empezar, dónde llamas para encontrar, quién rodea tus brazos, si no te hace daño, si llena tu suavidad. Un cartel dice cerrado, por no saber que ofrecer, una viñeta con gente que no quieres entender, una calle, una mesa, una luna, y en el hilo de nuestra cordura quiero que encuentres tu paz, calor que dar. Y yo quiero saber, dónde pisan tus pies, dónde vas si te pierdes, y quien tiene la suerte, a quien das ese tiempo, que grita en silencio, que de algo lo llenes.

Este último texto no es mio, lo encontre hace unos días en un sitio donde hacía mucho que no miraba, y me trajo buenos recuerdos de una persona. El video es un descubrimiento que hice hace poco, espero que os guste.