Segunda crónica
En esta segunda crónica improvisada,
alcohólica, sobre un papel por desvirgar,
voy buscando la retórica de una mirada
con el sudor que brota del soñar.
Y estos celos vuelven a perder la esperanza
cobrando por volar un sueldo que no alcanza
para dormir de dia, bebiendo en copas vacias,
y volver a frecuentar un reloj que no avanza.
Y es que estaba lloviendo, o está,
ya no lo se, con los auriculares no me entero
del silencio de esos "peros" que siguen mordiendo
los puntos suspensivos que llevan por teloneros.
alcohólica, sobre un papel por desvirgar,
voy buscando la retórica de una mirada
con el sudor que brota del soñar.
Y estos celos vuelven a perder la esperanza
cobrando por volar un sueldo que no alcanza
para dormir de dia, bebiendo en copas vacias,
y volver a frecuentar un reloj que no avanza.
Y es que estaba lloviendo, o está,
ya no lo se, con los auriculares no me entero
del silencio de esos "peros" que siguen mordiendo
los puntos suspensivos que llevan por teloneros.
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