sábado, enero 27, 2007

Algún día

Tengo la certeza de que no estoy seguro de nada, es lo más blando sobre lo que he pisado y lo más duro sobre lo que he dormido, lo más alto que he bajado y lo más lógico que he olvidado. Casi nunca me encuentro sobre el escritorio y suelo hallar lo que busco cuando me pierdo entre los cajones de la despensa que escondo en mitad de la calle. Prefiero ponerme moreno a la sombra de un naranjo que perder el color bajo los rayos de un flexo; eso si, conozco a mis vecinos, son ricos y famosos, lo se porque los espío por una ventana que tengo en el salón y que da a su casa; a los que todavía no conozco son a los que viven al lado mía. Acostumbro a no levantarme nunca sin estar seguro de estar sentado, siempre que puedo sueño de pie y procuro estar bien despierto a la hora de dormir. No se cuantos años me quedan para nacer pero cada día me encuentro menos muerto, será porque le puse una careta a la cara oculta de la luna con un antifaz para que la visible le tuviera que contar lo que ve, para que abrieran los ojos y dejaran de darse la espalda. Uso ropa exterior ajustada para asegurarme de no ocupar más de lo políticamente correcto, pero cuando nadie mira me gusta correr desnudo por el fondo del mar de ojos que me observan escandalizados. Algún día maduraré, me caeré del árbol genealógico y germinaré, algún día de mis raíces colgarán las hojas que formarán un libro, algún día ese libro dejará de estar en blanco, algún día ese blanco comprenderá que el negro es superior, algún día ese negro comprenderá que todo fue por culpa del miedo, algún día.

"Si no vives al límite ocupas demasiado espacio". Dan Osman

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Siento no haber actualizado antes y que la actualización no sea gran cosa, ando apretadillo de tiempo en pos de disponer de más algún día.

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miércoles, enero 17, 2007

Cada vez más cerca, cada vez más lejos

Joder, está mirando otra vez, no se como lo hace pero no puedo moverme, no puedo apartar los ojos, ¿por qué siempre aparta la mirada antes que yo?, debe ser una habilidad innata, no puede ser, va a pensar que soy un enfermo que no deja de mirarla, cuando ni siquiera quiero levantar la cabeza de los apuntes por miedo a descubrir como se ríe de mí con la amiga, pero no puedo evitarlo, no puedo evitar volver a mirarla.

Otra vez, está sonriendo, no puede ser, no me puede estar sonriendo a mí, sigue sonriendo mientras se gira sin dejar de mirar y le dice algo a la amiga al oído; mierda, ya está, ya hay cachondeo con “el de la mesa en enfrente que no deja de mirar”, “el salido” me estarán llamando o algo así, normal, si es lo que debo parecer, “mira ese, que no para de mirar, a saber lo que estará pensando, para eso que no venga a la biblioteca, aquí se viene a estudiar”; pero no, ella no sabe que no puedo pensar nada, ni bueno ni malo, por su culpa, porque cada vez que me mira, todo mi organismo queda en “stand by”, y cada vez que deja de mirar todo mi organismo grita “¡joder, ha vuelto a mirar!” hasta que lo vuelve a hacer.

No puedo seguir así, no puedo estudiar, tampoco me puedo ir, su mirada ha soldado la puerta de salida a su propio marco, me tiene preso dentro de una burbuja de metacrilato verde, como sus ojos; me tiraría por la ventana ahora mismo, seguro que me saldrían alas, la naturaleza me dotaría de alas para escapar volando, pero para eso tengo que salir de esta biblioteca, aquí no hay naturaleza, aquí la que manda es ella.

Vuelve a mirar, vuelve a sonreír, pero esta vez no se gira, no se ríe, solo sonríe, me sonríe, a mí; de repente se abre un agujero debajo de mi mesa, negro, enorme, tengo vértigo, los pies colgando, la pata de la silla a punto de resbalar dentro, tengo que levantarme, tengo que decirle algo si no quiero caer en el agujero sin fondo donde habita el arrepentimiento, tengo que hacerlo, no se cómo, pero tengo que hacerlo.

Casi no puedo andar, cada célula de mi cuerpo tiembla al compás de las palabras que mi cabeza no para de repetir una y otra vez, “¿qué coño le digo?”; cada vez más cerca, cada vez más lejos de mi silla, de mi burbuja, allí al menos estaba seguro; levanta la vista, me ve, ve que me acerco y abre más los ojos, lo está haciendo ella, cuanto más abre los ojos más me atrae ese imán que contienen, ya no hay marcha atrás.

Ya estoy delante, me ha llevado hasta ella a su voluntad y ahora me obliga a agacharme para que mi cabeza quede por debajo de la suya, soy su súbdito, su plebeyo, tengo que decirle algo.

“Ho...hola”... Mierda de imaginación...

(Basado en hechos reales, vamos, que pasaron, pero no como en las pelis, que las basan y luego no tiene nada que ver, no no, aquí eso no pasa, aquí todo es de verdad de la buena, como la del anuncio ese, si hombre ese, pos eso)

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Moja su pluma en tinteros cotidianos
para desnudar las musas secuestradas,
que esconde entre esos sueños paganos
que limpian de bruma su calzada.

Descosiendo blusas con sus letras,
nos enseña trozos de un corazón
deshecho por unos ojos de medusa.
Escribir es vivir es su adicción.

Esto va por Dani y su "Escribir es vivir", compañero, sigue así que llegaras lejos, escribiendo como escribes como solo 16 años, que tiemblen las editoriales...

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lunes, enero 15, 2007

Deep Spain

Le estaba empezando a coger manía a la harina, después de tantos años, todavía no había conseguido llevarse bien con ella, se le metía por todos los orificios que no cubriera, le irritaba y le producía alergia; por ello, aún en pleno agosto, debía llevar todo el cuerpo tapado, incluso la cabeza con una capucha y unas gafas para los ojos. Era muy engorroso, demasiado, pero él no había elegido ser panadero, le llegó por herencia, su padre y todos sus ascendientes lo fueron; él no podía fallarles, no podía fallarle a su padre, único familiar en vida que le quedaba, y por poco tiempo, estaba prácticamente en su lecho de muerte. Diego rompería con la tradición familiar, pero no lo haría hasta que su padre no se fuera, no le importaba que una aldea de 162 habitantes se quedara sin pan; él quería ser teleoperador, era su sueño, desde que hacía unos años leyó en el periódico, que traía en el coche su primo de la ciudad una vez al año, que era una profesión en auge decidió que ese era su futuro, en el pueblo no había prensa, ni televisión, ni radio, y él ni siquiera sabía qué era un teleoperador, pero por el nombre tenía que ser algo importante, un médico que operaba a domicilio o alguien que mandaba, si, tenía que ser algo de eso, y el tenía que viajar a la ciudad y llegar a serlo, así obtendría el respeto y la admiración de su pueblo, sería un héroe local.

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Paseando por "anca" Male ví que ha vuelto a proponer el concurso de microrelatos, y recordé él primero y único que le mande, Spanish History Equis, que ganó, posiblemente porque ella no tendría muy claro entonces lo que era un buen relato. El caso es que recorde ese relato y como terminaba, y se me antojó escribir este a modo de conexión, otra chorrada si cabe aun mayor que aquella...

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Nos trae virtudes, ingenios de sangre marrón,
maravillas canoras de aptitudes malditas,
que recoge con un cubo asomado a su balcón,
al caer el sol entre un convenio de afroditas.

Codo a codo con Sabinas y Serranos,
se arrastra por el cielo, vuela por el lodo.
Pinta eventos con teclado y a dos manos,
trata el desvelo con el yodo de beodos.

Y esto son unas palabrejas dedicadas a un amigo, desde hace poco, que se lo curra mucho y que siempre será bienvenido, Victor Alfaro y su "Al caer el Sol". A partir de ahora iré soltando alguna letra dedicada a gente que hace cosas interesantes, a ver si se ganan algunos adeptos extra, si no tienen bastantes ya...

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Os suelto un cacharro de estos para que me enlaceis también!!!! si será por pedir...

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sábado, enero 13, 2007

Demasiadas personas

Desperté hace escasamente un par de horas, con la lengua como la cortina de un cuarto de baño, los ojos como dos puñaladas en un tomate, y la cabeza como un bolsillo con manchas de humedad por las goteras. La dificultad que me supone en este momento la reconstrucción de un intervalo temporal dado es proporcional a la confianza que se puede llegar a tener con un trozo de vidrio al que besar. Ayer la noche fue demasiado larga, demasiado estrecha, y sobre todo, con el techo demasiado bajo, no cabía escapatoria, “sigue el camino de baldosas amarillas”, en mi caso, siendo daltónico, puede que sean hasta verdes. Lo encontré todo demasiado encorsetado dentro de conversaciones preestablecidas, preacordadas, preocupantes; ser simpático sin ser cargante para ellas, ser elocuente sin ser un listillo, ser sutilmente descarado, ser original una vez por cada rango de 10 minutos, ser interesante guión tímido; ser demasiadas cosas, ser demasiadas personas, cuando me suele costar ser solo una, cuando no se ni quién soy yo.

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miércoles, enero 10, 2007

Riiiiiiiiiiiing…

Riiiiiiiiiiiing… riiiiiiiiiiiiing… riiiiiiiiiiiiiiiiing…

Serán las cuatro de la mañana... el teléfono no para de retumbar en la estancia, la oscuridad se alía con el silencio de la noche para hacer más audible la llamada, el sonido atronador se expande como un alud colina abajo mientras recorre cada rincón de la casa y alrededores atravesando piedra, hormigón y madera. No cesa de sonar, pero allí no estoy yo para escucharlo, allí no hay nadie para atender tan urgente llamada.

Sin embargo, aquí lo que suenan son pasos, alguien sube la escalera, alguien que no usa tacones, que raro, si ella siempre los lleva… ¿Qué donde me encuentro yo en este momento? Bueno, la respuesta más concisa sería decir “en la cama donde mi jefa duerme cada noche con su marido”, pero eso sería por completo irrelevante sin antes decir que me encuentro solo en ella, encerrado con la llave echada desde fuera y sin mi jefa, os contaré como he llegado a esta situación.

Debían ser las tres de la tarde de hoy cuando me dio por salir a comer fuera en vez de hacerlo en casa antes de volver al trabajo, a veces hago eso por variar un poco la rutina algún día entre semana, y de camino conozco un sitio nuevo al que invitar a cenar a alguna becaria nueva que me entre por el ojo. Hacía un par de semanas habían abierto un restaurante oriental a dos calles de la oficina, de estos en los que la comida la hace un diestro malabarista en una gran plancha delante de tus narices, podría ser interesante. Entré en el local y rápidamente me dieron asiento junto a una de aquellas planchas, si, junto a una de aquellas planchas y cuando me vine a dar cuenta, junto a mi jefa, mi imponente jefa, mujer de negocios, con treintaitantos años esculpidos a base de gimnasio, y con una cara de la mala de la telenovela que no se si da miedo o quita el hipo. Esa mujer me imponía, tanto que inspiraba un sentimiento contradictorio en mi cuerpo, por un lado, siempre que la tenia cerca me ponía a temblar como un flan, y por otro, no podía evitar que mi cabeza se desbocara imaginando mil fantasías de las que ella era la protagonista.

Durante la comida traté de comportarme con naturalidad, como si no estuviera a punto de salir volando de la silla por la tensión que albergaban mis cuadriceps, mantuvimos una conversación bastante fluida, si exceptuamos mis tartajeos esporádicos, y trivial sobre el trabajo, nada, lo típico que se habla con la jefe porque no sabes que le gusta o le disgusta a parte de lo que os une profesionalmente. Llegados a un punto llego el momento del silencio incomodo, agotamos las reservas de conversación banal y quedamos los dos callados, las únicas que hablaban eran mi cabeza y mi entrepierna, la primera no paraba de gritarme al oído derecho “Que coño hago yo ahora por dios!! De que le hablo a esta tía!!” y la segunda no paraba de decirme al izquierdo “Dile a la cabeza que a ver si espabila de una puta vez y le tira los trastos a esta tía, que esta buenísima”. En ese debate interno me encontraba sumido cuando fue ella la que se giró y me propuso ir a su casa esa misma noche al salir de la oficina, a terminar de redactar unos expedientes atrasados, “mi marido esta de viaje y no vuelve hasta mañana, así estaremos más tranquilos”… Tranquilos!!!??? Lo estaría ella, porque a mi me faltaba echar fuego por el culo para salir propulsado de allí, joder joder, me estaba proponiendo ir a su casa, “La Jefa”, mi entrepierna se volvió loca, perdió el control y tuve que arrimarme un poco más a la mesa para disimular, mientras tanto, la cabeza consiguió serenarse lo justo para pronunciar “de acuerdo”.

La tarde en la oficina paso entre los “no me lo creo” de mi cabeza y los paseos al baño a ver si tenía la camisa arrugada o el nudo de la corbata flojo, de ningún modo quería que pasara por delante mía y recapacitara sobre su proposición al ver a semejante impresentable. Pero no pasó, no la vi en toda la tarde, lo único que supe de ella fue la nota que encontré sobre mi mesa al volver de uno de mis periplos cuarto bañiles, era su letra, su dirección, solo su dirección, ninguna hora a la que estar allí, supuse que nada más salir de la oficina, ella siempre se iba antes, es lo que tiene ser la que manda, así que estaría en casa cuando yo apareciera…

Ya está arriba quien sea, ha abierto la puerta del salón, está habitación está al otro lado del pasillo, esto no me gusta nada…

Continuará…



P.D.: Señores, lo de la fiesta de los 3000 euros no era un farol, la pienso hacer jerjito, sigue y seguirá en pie en el remoto caso de que ganara, así que a votar como descosios!!! Y a continuar la historia de la “Blogger Fiesta”, si sale algo más o menos largo lo uniré todo y lo colgaré, o puede que se convierta en un corto, ¿Qué dices Carlos?...

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lunes, enero 08, 2007

Blogger Fiesta

Soñar es una de las pocas cualidades humanas que me gustan, no se si será por su absurdez, o por el sentido que tiene, el caso es que no puedo parar de hacerlo. Está tarde entré a mirar el blog y las votaciones en 20Blogs, y no pude evitar empezar a soñar con lo que haría con los 3000 euros del premio, pero solo empezar, porque nada más hacerlo me di cuenta de que no sabría que hacer con ese dinero, es cierto que hay muchas cosas que me gustaría comprar, y muchas cosas que me gustaría hacer, pero realmente no hay nada que necesite, no hay nada que sobresalga. Entonces, pensando pensando se iluminó la bombilla, se iluminó tanto tanto que terminó por reventar… Pensé, “si ganara los 3000 euros gracias a los votos de los bloggers, porque no gastármelos en ellos, en organizar una fiesta para ellos, una única noche en la que fundirme los 3000 euros con los todos ellos, una fiesta que todos recordaran el resto de su vida…” Decidido, se que es imposible que gane, pero si remotamente ocurriera eso es lo que haría con el dinero que me darían vuestros propios votos, devolvéroslo en forma de despiporre.

Y siguiendo con el sueño, pensé que tampoco tenía como decidir a quien invitar a la fiesta, con la cantidad del blogs que hay, es una locura… y la bombilla reventada dio un calambrazo, y me hizo escribir lo que sigue, es mi versión de lo que pasaría en esa fiesta, incompleta, al final enlaza con alguien que aun no tiene nombre, para que la continúe el primero que comente, y después el siguiente y así ir construyendo nuestro propio sueño de cómo sería esa noche, y de camino, hacer la lista de invitados de una fiesta que ya ha ocurrido en la cabeza de cada uno, y si comentáis la idea en vuestro blog más larga será la lista…


Había bebido demasiado rápido, demasiadas copas, empezaba a notar que el cómodo estado de la elocuencia que brinda la embriaguez comenzaba a dar paso al mareo propio de la más burda borrachera; debía aflojar el ritmo, quizá comer algo, y sentarme a hablar con alguien, preferiblemente alguna blogger a la que tirarle los tejos que tuviera una conversación lo suficientemente fluida como para hacerme descender la tasa de tragos por minuto al cubata, o salir a la calle sin que nadie me viera y darle una vuelta a la manzana corriendo, eso haría que se me pasará el mareo y pudiera seguir disfrutando, y por supuesto ejerciendo de anfitrión; no era buena idea que una fiesta en la que me había gastado 3000 euros se terminara tan pronto para mi, ya habría tiempo más tarde de terminar como una cuba haciendo cualquier excentricidad sobre una mesa, probablemente en paños menores. Dado que si me ponía a correr iba a terminar sudando como un cerdo, opte por buscar a alguien con quién intercambiar pareceres, pero claro, la mayoría de la gente que había por allí eran prácticamente desconocidos, solo sabía de ellos porque hubieran escrito algún comentario en el blog o por haber leído algo en uno de los suyos; de hecho ni siquiera conocía las caras de más de dos o tres que había visto por fotos en alguna ocasión, o sea que a quien fuera iba a tener que preguntarle primero cual era se apodo para comentar, y pobre de mi si no me acordaba de su blog, o si ni siquiera había entrado en él. Decidí probar suerte con la primera persona que viera de espaldas a mi, a ver si con suerte no sabía el o ella quien era yo y empezar los dos de cero con las típicas preguntas para romper el hielo…


P.D.: Tampoco sabría que hacer con los 3000 euros si ganara el premio del mejor blog que otorga el jurado, cosa aun más imposible que la anterior, pero aun así se me ocurrió coger a dos o tres bloggers e irnos a conocer Europa a nuestro antojo, no sería mala idea… en definitiva, soñar es gratis, y si no lo fuera, en ello me gastaría el dinero.

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domingo, enero 07, 2007

Este saco de huesos


Esa tendencia de las palabras a terminar hablando sobre tí
mina la paciencia de esta conciencia macabra.

Esa ciencia que guarda la constancia de mis excesos
se basa en el traspies de este saco de huesos.

Esa cortina de sonrisas que fracasa con estilo descortés,
no llega a cubrir la piel de gallina que deja
el nacer deprisa, el morir en vilo,
por separase de un suelo en el que demasiado nada pasa.


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